Son veintidós pequeños que andan en los 11 y los 12 años.
Todos juntos son la Pre Novena que representa al Club For Ever.
Llevan una bandera original: “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.
Esta inscripción es como la luz de nuestros ojos, los que nos formamos en una institución en la LIGA AMATEUR PLATENSE DE FÚTBOL.
Recién este año los pequeños de la foto descubrieron el juego en cancha grande, dispuestos a pasar momentos agradables.
“Vamos salir a la cancha a divertirnos”, es la única exigencia de los entrenadores. “Si perdimos el otro día, traélo igual”, le explicaron alguna vez a un padre que había sentido dolor por un partido donde la derrota no les cayó bien.
“Vamos a meter, vamos a correr, vamos a jugar”, se escucha otra voz que alienta, amigable. Se trata de otra particularidad, dos hermanos son los DT a cargo de esta aventura. Los Sampallo. Sus nombres, Joaquín y Ezequiel, que al mismo tiempo integran los planteles superiores del club (ellos también juegan a la pelota).
Domingo al mediodía, ya en modo vacaciones escolare. Hoy For Ever visita a Círculo Tolosano, un equipo que lleva los mismos colores: azul y blanco.
Los conocimos hace unas fechas, en partidazo con CRISFA, que terminó sin goles, pero la pasamos de la mejor manera, con los otros chicos y padres también.
En la cancha de Villa Montoro, en el calor del vestuario, conversamos con los pequeños.
—¿Qué sienten por el fútbol?
“Amor”. “Todo”. “Pasión”. “Es hermoso”. Cada respuesta fue única, como son cada uno.
Juanse Grassi movía sus ojitos hacia el techo como si buscara la señal que le diera la respuesta más apropiada sobre su pasión: “Vamos a decir lo que es el fútbol, es divertido; tiene sus cosas, te enojás, pero son momentos y supongo que es porque recién empezamos”. Un sabio ese chico.
—¡Que levante la mano el capitán!
(Aparece entonces Lionel Quiroga).
—Si le dieron la cinta, por qué habrá sido…
(Lio no contesta, pero otros hablaron por él). “Porque maneja el equipo en el medio”;
“Porque es el que más habla”. El técnico también sabe guiarlos en este reportaje: “Ustedes saben bien que no falta a nigún entrenamiento”.
Nacieron en 2011, cuando en la República Argentina se jugaba una Copa América. Nos pusimos a hablar sobre la Selección campeona, “La Scaloneta”, para curiosear sobre virtudes que vieron en el equipo capitaneado por Messi en la última Copa del Mundo.
Dos respuestas: “Tengo un referente, ¡Julián!, porque soy 9”; “Trato de copiar al Dibu en salir a achicar”.
—¿Cómo se sienten cuando llega el partido?
(Nuevas reacciones espontáneas, diversas, graciosas). “Me mentalizo jugando al FIFA”. “Me duermo temprano”. “Ya vengo cambiado”.
Los buenos modales de las criaturas empiezan en sus casas y se fortalecen en el contacto del fútbol. Los hermanos Sampallo planifican los tres días de entrenamiento y dan la formación para el domingo. Como en toda dupla, siempre hay uno que hablará más y ése es Joaquín, “los chicos reconocen mi vos, pero acomodamos el equipo entre los dos”.
Para ellos, los siete días el compromiso de honor se llama For Ever. Desde el lunes que entrenan con el equipo de Primera, siguiendo el martes con la categoría 11. Reconocen que a esta edad no pueden dar mucho trabajo, todo es demasiado simple y se sustenta en una idea: “el juego termina cuando deja de divertir”.
—Joaquín, ¿qué satisfacciones te va dejando ser el director técnico?
—Te doy otro ejemplo… Ves que empiezan a responder ubicándose en la cancha y ya lo hacen solos, dándose cuenta. Es cuando pensás que no gastaste la energía al hablar tantas veces.
El año pasaron empezaron a jugar en la cancha de siete, Juan Sebastián Grassi, Román Baretto, Tobías Soveron, Lionel Quiroga, Nicolás García, Thomas Alarcón, Benjamín Albamonte, Ezequiel Correa, Mateo Carcagno y Juan Segundo Bianchi. Este año se sumaron más chicos, Ciro Dorado, Diego Saavedra, Santiago Muñiz, Ezequiel Correa, Dylan Moreno, Nazareno González y Sebastián Villaro.
La gente que se hace bien entre la gente, mezclada en los grupos de donde salen las amistades para toda una vida. Eso también es la razón de nuestro existir en la LIGA AMATEUR PLATENSE. Ese símbolo familiar que en este equipo infanto juvenil tiene a don Alfredo Quiroga, quien llegó como el abuelo de Lio y es el abuelo querido de todo el club. Con mucho gusto aceptó pasar a ser un tercer ayudante de la Pre Novena, elegido dentro del numeroso grupo de adultos que siguen al equipo.
Muchos en el fútbol persiguen ganar, ganar casi como una obligación. La prioridad o la consigna está equivocada. Habría que leer otra vez la bandera de For Ever 2011. Esa leyenda representa la síntesis motivadora en cualquier deporte. “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.
Lo comprobamos. Lo vimos compartir y esforzarse junto a sus padres, desde el mismo momento que llegaron a la cancha. Todos juntos un solo sentimiento.
Que el corazón se siga expandiendo al descubrir a mensajeros como los Sampallo, una familia de cinco que tiene a todos ayudando en la institución (papá Adrián, mamá Viviana Carrizo —coordina infantiles—, Ezequiel, Joaquín y Jocelyn).
Ellos ya entendieron el verdadero secreto para sentirse ganadores.
Ser un equipo y verlo siempre como a ese “sol” que nos reconforta, y de esa manera, como pasa en la vida cuando caminamos de frente al sol, atrás nos perseguirá la sombra. En este caso, será el éxito que nos perseguirá como una sombra.