La Liga Amateur Platense palpita otro homenaje con San Martín de Los Hornos y sus campeones del ’83

Por Gabriel Alejandro Lopez

El atardecer del sábado 3 de diciembre de 1983 tuvo el embotellamiento de tránsito más grande de Los Hornos. La hora más feliz de la institución que entonces llevaba 33 años de vida. La imagen de la caravana de automóviles y motocicletas alrededor del micro, en adyacencias del Reloj de la calle 137 y 60, indicaba que el centro de la barriada recibía a los campeones. “Esperábamos a que llegue el último hincha para después seguir hasta nuestra cancha”, describe una voz emocionada. Diez cuadras de cola, se calcula, pero el sentimiento no terminará nunca. Atrás, quedaba el partido con Estrella, rival que terminó con ocho jugadores y aquel San Martín que se quedaba con nueve y con lo que más deseaba: el título de la divisional A de la Liga Amateur Platense. En la cancha de Villa San Carlos, allí habían empezado a jugar a las 17 horas, con arbitraje de Angel Picolillo. Allí donde el planteo táctico fue más defensivo según acordó el “Conejo” Ferreyra, director técnico, ya fallecido, padre del actual presidente Laureano Ferreyra. Tuvieron muchas ganas y a un 9 con puntería infernal como lo fue “Pecho” Romano, capitán y símbolo liguista con el imborrable afecto que dejó su persona a la hora de la partida.
Los vecinos de San Martín, no solo la hinchada, celebraron el mismo año los cien años del pueblo. El nombre Los Hornos surge en 1883 con el decreto del gobernador Dardo Rocha al fraccionar a la naciente ciudad de La Plata, donde se montó una gran industria en torno a las fábricas de ladrillos. Pero de esa historia rica no hablaban en el club de 58 y 145, que aquel verano fue feliz, un horno triunfal donde los sudores eran las de la camiseta de fútbol, una de tela piqué, celeste y con cuello y puños blancos, toda una Patria chica que no para de crecer.

Brindis. Alberto Sin, Ruben Selgas, Rapetti, Mincho Cruz, Ferreyra, Lucho Selgas, Enrique Chiappetta y Romano

Próximamente, desde la casa madre del fútbol amateur y con la participación del club, llega el reencuentro con el tributo denominado “Los grandes campeones de la historia”. Será en la previa de la jornada de mayores, cuando por la octava fecha de Primera B, Torneo Apertura 2025, San Martin sea anfitrión de Curuzú Cuatiá (adversario de aquel torneo hace 42 años). Con el apoyo de la entidad fundada el 16 de junio de 1950, con las autoridades de la mesa directiva de la Liga Amateur, la conducción del periodista e historiador Gabriel López y las empresas que han decidido apoyar el evento.

Tal como viene aconteciendo desde 2023, redescubrir las campañas, brindar un abrazo y un cálido homenaje a las figuras, comenzó con las mejores camadas de la década del 60 y 70 (de las entidades que hoy están afiliadas), y le toca el turno a los años 80’s.
Esperamos por ver en la gramilla, levantar sus brazos a los hinchas y nuevas generaciones de jugadores, en un momento que alimenta el alma del jugador de fútbol que representa la esencia, el deporte por el deporte, y los sacrificios de ser campeón.
Néstor Ruben “Lucho” Selgas, Armando “Chiqui” Nuñez, Horacio Martín “Chango” Cardenas, Ruben “El Lobo” Millán, Carlos Deciste, Hugo “Uruguayo” Peralta, Pablo “El Beto” Medina, Justo Alejandro “Chelo” Pacheco, César Ramírez, Juan Carlos “Tano” Taranto, los arqueros suplentes Carlos Torres y Juan Leguizamón, y un trío de hermanos: Gervasio “Tito” Favant y Roberto “Bochi” Favant, Eduardo “Lalo” Marchesi y Ricardo Marchesi, Eduardo “Lalo” Cruz y Juan Ramón “Mincho” Cruz.

La vida nos llevó a varias figuras: el arquero titular Gerardo Balparda, al defensor Ignacio “Cacho” Ledesma, a un diez clásico Miguel Angel “Peche” Gómez, a un goleador Felipe “Pecho” Romano, y a otro arquero y fiel hincha como Víctor “Cucú” Villalón. Por ellos, habrá un momento especial con familiares que dirán presente.

El tributo incluirá a otra campaña que no estuvo separada de la hazaña en la Liga, pues en octubre debutaron en el Torneo Regional, decisión que tomó el club cuando la Liga presentó en la Mesa Directiva quién estaba en condiciones ante la plaza vacante en la competencia del Consejo Federal de AFA. Por pedido del DT Ferreyra se sumaron Julio Marcos, de Los Tolosanos, Jorge “Chiche” Deplácido, marcador lateral de Deportivo La Plata, y Miguel Angel Melendez, centrodelantero de Unidos de Olmos. El premio era muy grande, porque clasificaba a un club de la Provincia para el Nacional A de 1984. San Martín fue local los domingos en Gimnasia, que cedió su cancha al militar en ese momento en Primera B, que jugaba los sábados.

Diario El Día del 2 de octubre de 1983. Tras vencer a El Cruce y quedar arriba, se anunciaba que iba al Regional

Más que nunca, en ese momento se multiplicaron en sus trabajos los colaboradores, como Adolfo “Pachi” Rapetti, Enrique Chiappetta y su padre “Cucho“, Alberto Sin y Ruben Selgas, entre otros dirigentes.
En la parte futbolística, hubo formadores como Víctor “Marasco” Medina, y un ladero del popular “Conejo” para el plantel superior, como Miguel Angel “Chiche” Brizuela, ayudante de campo.

En la Liga, en Divisional A, la competencia tuvo a catorce clubes (hoy el número tiene a dos más). Se dividieron en dos zonas, de las cuales surgieron cuatro para un Cuadrangular del que salió el campeón.
Para llegar a la cima, San Martín primero logró el primer puesto en la Zona B, con 20 puntos de 28 posibles, siendo sus perseguidores El Cruce (el otro clasificado), Unidos de Olmos, Curuzú Cuatiá, Tricolores, Los Tolosanos y Porteño. En tanto, por la Zona A, accedieron Estrella de Berisso y Pettirossi de Ensenada. Cuatro finalistas que movilizaban mucho público

El petit torneo de todos contra todos (ida y vuelta) era ya tradicional, porque así se venía jugando desde los ’70.

El espectacular desenlace fue en la sexta y última jornada: Estrella-San Martín. Pero además podía darse un triple empate. El Cele llegó dos puntos arriba y no permitió que se escape, algo que puso en un compromiso mayor a los muchachos, ya que en 1982 fueron subcampeones, al perder precisamente con el más campeón de la historia, Estrella y en la cancha de La Villa. Otra vez lo mismo: a unas cuadras de la avenido Montevideo y 23, ¡caprichosa y hermosa repetición!

En Villa San Carlos, “replay” de la definición ’82 y ’83. Una para Estrella y otra para San Martín


“Es muy fuerte la identidad de San Martín”, apunta “Lalo” Marchesi a sus 65 años, nacido en el Barrio Obrero, en una casa que está exactamente al lado del club, sobre la calle 59 entre 144 y 144 bis.
“Hay gente que nos enseñó mucho en la escuela de la vida” afirma “Beto” Medina, con 67 a estrenar el 1 de abril. “!Era mi debut en mi querido San Martín”, evoca el “Tano” Taranto, que llegó a contar 117 gritos de gol para esta hinchada, apareció después de un desengaño. “Llegué de Defensa y Justicia, después de la negación de ese club de darme el pase a San Lorenzo. Dejé el futbol para estudiar, pero mi querido cuñado Gerardo Balparda me insistió para ir al Celeste”. Balparda había quedado afuera de Estudiantes cuando llegó Bilardo para armar su revolución que lo catapultó a la Selección nacional, precisamente en 1983.

¡En estos días fluirán las anécdotas! Había pobreza, necesidad, poca ropa y mucha garra. Llegaron donaciones y algo de progreso como la iluminación que se puso gracias a las recaudaciones. Salir de viaje al Regional era cosa épica: ¡el día después de jugar por la Liga! De no creer, el Santo luchaba por su sueño el sábado y a las 24 horas se embarcaba en el más duro, un grupo donde tocó con plazas fuertes, semi profesionales: Chivilcoy, Mercedes, Campana y Bragado (tuvo de arquero al “Mono” Irusta, gloria de San Lorenzo).

“El Beto” Pablo Medina, el “Mincho” Juan Ramón Cruz, el “Tito” Gervasio Favant y el “Lucho” Néstor Selgas


Los héroes del ’83 vuelven, o en verdad nunca se han retirado de esta casa siempre con banderas y aliento. Solo que esta vez un tributo ó un reconocimiento como el que organizan la Liga y el Club los agarra a los sesenta o a los setenta, abuelos, para disfrutar con ellos, que no los vieron. Son momentos de cosecha. Son instantes para recordar a hombres mayores que ya pasaron a otro plano pero actúan como guías. Oscar Sacconi, el que tenía su casa justo frente a los vestuarios; Ruben Humberto Selgas, delegado ante la Liga, un ex presidente contento de ser papá del señorial número 2 del campeón.

El prestigio se ganó en la cancha y la amistad en la forma de ser. Contemos los días, un mes, nomás, paciencia. Fueron 42 años atrás. El “Tito” Favant ya tenía el cabello cano. Es un viaje al pasado, y el Reloj de 137 es testigo del tiempo. De ese embotellamiento feliz para Los Hornos, por su San Martín, prócer de la pasión. Que superó al bravo Estrella donde metían Pipastrelli (aquel de Banfield) y aún corría por la punta el “Griego” Kourtis; ante esa barra de El Cruce la fajina de dirigentes, colaboradores, socios y una hinchada siempre fiel a la camiseta. Esa que esta generación lleva con el escudo y dos estrellas bordadas. La primera es la que ganó esta camada legendaria.

La leyenda continuará.

Leyenda y fenómeno popular. Con la conquista del ’83 San Martín salió al primer partido del torneo siguiente con este plantel de lujo (gentileza: archivo de la familia Balparda)